sábado, 30 de abril de 2011

Unicornio bebiendo en la noche

Unicornio bebiendo en la noche

Aunque los unicornios viven en la espesura de los bosques, de noche piden prestadas las alas a Pegaso y van a beber al único lugar donde desean hacerlo : Un árbol, en el confín de nuestra galaxia, que derrama el néctar de las estrellas que duermen escondidas en su copa.

lunes, 25 de abril de 2011

Una historia de pájaros, de Pablo Neruda

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"Ahora voy a contarles alguna historia de pájaros. En el lago Budi perseguían a los cisnes con ferocidad. Se acercaban a ellos sigilosamente en los botes y luego rápido, rápido remaban... Los cisnes, como los albatros, emprenden difícilmente el vuelo, deben correr patinando sobre el agua. Levantan con dificultad sus grandes alas. Los alcanzaban y a garrotazos terminaban con ellos.

Me trajeron un cisne medio muerto. Era una de esas maravillosas aves que no he vuelto a ver en el mundo, el cisne cuello negro. Una nave de nieve con el esbelto cuello como matido en una estrecha media de seda negra. El pico anarajado y los ojos rojos.

El cisne de Leda

Esto fue cerca del mar, en Puerto Saavedra, Imperial del Sur. Me lo entregaron casi muerto. Bañé sus heridas y le empujé pedacitos de pan y de pescado a la garganta. Todo lo devolvía. Sin embargo, fue reponiéndose de sus lastimaduras, comenzó a comprender que yo era su amigo. Y yo comencé a comprender que la nostalgia lo mataba. Entonces, cargando el pesado pájaro en mis brazos por las calles, lo llevaba al río, indicaba las piedrecitas del fondo, las arenas por donde se deslizaban los plateados peces del sur. Pero él miraba con ojos tristes la distancia.

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Así cada día, por más de veinte, lo llevé al río y lo traje a mi casa. El cisne era casi tan grande como yo. Una tarde estuvo más ensimismado, nadó cerca de mí, pero no se distrajo con las musarañas con que yo quería enseñarle de nuevo a pescar. Se estuvo muy quieto y lo tomé de nuevo en brazos para llevármelo a casa. Entonces, cuando lo tenía a la altura de mi pecho, sentí que se desenrollaba una cinta, algo como un brazo negro me rozaba la cara. Era su largo y ondulante cuello que caía. Así aprendí que los cisnes no cantan cuando mueren".

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viernes, 15 de abril de 2011

Yo soy cisne y tú eres Luna

El cisne de Leda

Para alcanzar las estrellas
sonda el cisne la laguna;
en el mar de los amores
yo soy cisne y tú eres Luna.
Salvador Rueda

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