martes, 4 de enero de 2011

Un corazón de oro

Varis 531


Cariño mío,

Pues erase que se era un corazón... pero no te creas que era un corazón cualquiera, no. Era un corazón de oro, grande y precioso, refulgente... De noche, con la luz de la Luna, lanzaba destellos de plata a su alrededor y todo el mundo lo confundía con la estrella que Pablo Neruda cogió del cielo y que al final tuvo que echar a las aguas de un río, viendo como se alejaba su cuerpo de diamante por su ondulada y negra superficie, como un pez insoluble...

Si hubiera sido el corazón de un robot no hubiera sido raro que se conociera de que materiales estaba hecho, pero te preguntarás cómo ese corazón, que habitaba en el pecho de un ser humano, podía ser visto por los demás, no?

La verdad es que este corazón no estaba a la vista de todo el mundo. Su dueño era muy cauto y escogía los afortunados a quienes enseñarlo tan sólo cuando se había asegurado cuidadosamente de que no se lo dañarían o secuestrarían o se lo robarían, como ya había sucedido en más de una ocasión.

Varis 532

Puedes pensar que cuando te digo que era un corazón de oro estoy hablando en sentido figurado, pero no es así. Era un corazón de 24 kilates, un gran corazón pulido a base de esfuerzo y sufrimiento, pulido como los cantos rodados, que pierden sus aristas de tanto darse golpes en las piedras y de tanto arrastrarse por los fondos irregulares de los lechos de los ríos en su camino hacia el ansiado mar...

Era un corazón de oro pero no había sido tocado por el Rey Midas, no. Lo era porque era bueno. Y su bondad era tanta que un día, sin proponérselo y debido a alguna extraña reacción química, o física, o psíquica, vete tú a saber, porque el mundo y la ciencia están llenos de misterios, se aleó con su pureza y su honestidad y... el resultado fue la coraza de oro que desde entonces protegía su tierno corazón sensible y apasionado.

Varis 536

Si este corazón era especial, sus arterias también lo eran. La Aorta era aficionada a irse a pasear por El Retiro y por los bosques de La Sierra (para oxigenarse, decía, jeje), la Mesentérica disfrutaba leyendo por las tardes en el jardín, la Renal era consumidora de zumos y siempre había que tener unos cuantos preparados en la cocina, a la Hepática le pirraba el chocolate y el fútbol y a la Carótida... no te lo vas a creer, Gilito, a la Carótida le encantaban los perfumes y probar cremas, así que cuando no la encontraban la empezaban a buscar por las perfumerías de Madrid...

Un coleccionista de rarezas oyó un día, en la terraza de una cafetería, que dos personas hablaban del corazón de oro de su amigo y de sus peculiares arterias y le entraron unas tremendas ganas de poseerlo, así, sin más, sólo para presumir de que tenía algo único y especial... Y contrató detectives que a su vez subcontrataron a otros... y en esta parte de la historia es cuando entran nuestros BD, cariño, que estaban haciendo prácticas de Sherlock Holmes y que aceptaban cualquier trabajillo con tal de aprender y ganar algún dinerito.

El caso es que... es que las pistas les condujeron a su propia casa, a tu casa, Gilito mío!! Y entonces me contaron la historia del coleccionista y me pidieron que les ayudara a encontrar una solución para no descubrirte y para mantenerte a salvo de tan siniestro personaje...

Y a mi enseguida me vino a la cabeza el cuento de Blancanieves, recordé el capítulo en que la llevan al bosque para matarla pero el soldado que debía hacerlo la deja libre y presenta a la madrastra, como prueba de su crimen, el corazón de una alimaña...

Y pensamos en ir a una casquería a comprar uno de cordero y entregarlo, pero luego descartamos la idea porque aquel ser taimado no cejaría hasta poseer el preciado corazón de oro puro, el tuyo, Gilito... y éso no lo podíamos consentir!!!

Encargamos a un orfebre que confeccionara uno, lo pusimos dentro de un estuche y nuestros BD lo entregaron triunfantes al coleccionista, con la recomendación expresa de que se lo hiciera trasplantar a la mayor brevedad. “Así podrá Vd. disfrutar de los beneficios de tener un corazón de oro, señor, y de la facultad de convertir en ese preciado metal todo cuanto Vd. tocare...” le dijeron los muy tunantes, sabedores de lo que iba a suceder...

El coleccionista se hizo trasplantar el corazón pero a los dos días murió de un paro cardíaco fulminante. La autopsia posterior reveló que la mala sangre que empezó a circular era tan mala, tan requetemala, que trocó irreversiblemente el oro por carbón... pero sólo nosotros sabíamos la verdad.

Varis 532 Cor de carbó

Has de saber que leer a menudo cuentos donde aparecen brujas buenas y hadas es muy útil porque con el tiempo una se llega a hacer amiga de ellas y en caso de apuro no hay más que abrir el libro y consultarlas...

Ellas prepararon la poción que emponzoñó la víscera dorada trasplantada, cariño, y las que urdieron un plan que, por maquiavélico, a nosotros no se nos hubiera ocurrido jamás.

Eso te pasa por ser bueno, ves? Si no lo hubieras sido no te hubieran querido ayudar ni proteger... Y ahora nuestros BD no podrían venir a decirte, justamente el día de tu aniversario, “Buenos Días, Buenos Días, Javier!!”

Feliz Cumpleaños Gilito mío, y muchos muchos besos!!