Hace mucho tiempo, cuando prácticamente no existían fronteras entre las especies que poblaban la tierra, una rosa y un pájaro se enamoraron.
Él necesitaba ver el color de ella constantemente, necesitaba respirar su perfume, reflejarse cada amanecer en las gotas de rocío de sus pétalos...
Ella no podía vivir sin ser acariciada por la suavidad de las plumas de su bienamado, no podía vivir sin escuchar las melodías que le dedicaba, necesitaba verlo volar...
Foto de Analú Prestes : http://www.flickr.com/photos/lalalu/
El deseo de unirse físicamente se veía impedido por sus distintas naturalezas. ¿Cuál hubiera sido el resultado : una rosa de plumas, un pájaro con pétalos? ¿Cómo conjugar la mobilidad y la quietud?
Un día el pájaro cayó muy enfermo.
La rosa, angustiada, se preguntaba cómo cuidarlo... De repente tuvo una idea : la de abrir su tallo para plegarlo luego, como una manta, como un delicado abrigo, sobre el cuerpo extenuado de su amor.
De ese modo, ella lo protegió de las inclemencias del tiempo, lo alimentó con su savia, lo mimó infinitamente, feliz de poderlo cuidar noche y día, pero su amor no pudo sustraerlo a la fuerza de la muerte.
El dolor la atravesó de tal modo que ella también quería morir, para no separarse nunca más de él. Pero su savia, la que había alimentado a su amor, empezó a nutrirse de él, a disolverlo, a integrarlo en cada una de sus células ; era como una especie de canibalismo, como un estado de gravidez a la inversa, movida por el dolor y la desesperación, por el deseo profundo de unión total incluso más allá de la muerte.
“Polvo serán, mas polvo enamorado” escribió Quevedo refiriéndose a los huesos de los que amaron intensamente... Y esta frase bien hubiera podido aplicarse al pájaro, del cual ya únicamente quedaba el pico y las garras. ¿Quien iba a ocuparse de su flor, quien iba a protegerla? Impulsado por esta preocupación, sus restos atravesaron el tallo de su amada... Y desde entonces las espinas hieren a los que tienen la osadía de tocar una rosa.
Tallos/tumba, rosas aladas, pájaros perfumados... historias de amor difuminadas en la noche de los tiempos...
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