Pudieron ser pétalos jubilosos lanzados en cualquier celebración gozosa...
Pudieron acompañar con su aroma el cadáver de Ofelia navegando río abajo, desprenderse del ramo que portaba y cubrir piadosamente sus ojos y su boca, abiertos al infinito mundo de la muerte...
Mas prefirieron amortajarse en seda y quedarse allí, junto al rosal,
viendo como nacen y mueren otras rosas y como el viento esparce por los aires pétalos nuevos ávidos de aventuras...
Seguro que los petalos vivieron dias de gloria, de belleza, pero como todo en la vida poco a poco con el paso del tiempo viene el deterioro y nos lo muestras con tus fotos de manera magnifica....
ResponderEliminarBesos
P.D que conste que las he visto!!! siento panico por los animalejos que hacen las telarañas ...;-))