lunes, 11 de octubre de 2010

Castañuelas mutantes

Vacaciones Agosto 2009 396

Cariño mío,

Siempre reinaba el orden en el vestidor. Los trajes de faralaes colgaban de sus perchas clasificados por colores. La mayoría de ellos, ciñéndose a la tradición, tenían estampados de lunares, de lunares blancos.

Los zapatos de taconeo llenaban el zapatero. Debajo de cada traje su par correspondiente, a juego. En una estantería, en sus cajas, reposaban las flores para el pelo, las peinetas, los zarcillos, los mantones, los broches, los abanicos...

La propietaria de todo este ajuar flamenco también tenía una colección de castañuelas de las que estaba muy orgullosa. Todas eran de maderas nobles, en distintas tonalidades, con cuerdas de unión en terciopelo, cordoncillo de piel, cordoncillo de seda, cordoncillo de raso...

Estas castañuelas eran tan bellas que las tenía en estuches abiertos, encima de mullidos cojines, como si fueran joyas... No contemplaba bajar la tapa de los estuches bajo ningún concepto porque creía que las castañuelas debían respirar y el encerrarlas en su estuche, por bello que fuera, era como obligarlas a vivir en aire viciado... Así, como si de una exposición de broches se tratase, los estuches estaban alineados encima de la mesa central de vestidor, mostrando los bellos instrumentos musicales.

Amanece nublado

Una noche... una noche de Luna llena sucedió... La luz nocturna entraba a raudales por el amplio ventanal y uno de los rayos fue a dar de pleno en los trajes de faralaes. En ese mismo momento los lunares abandonaron los tejidos donde se hallaban impresos y cobraron vida. Diriase que por el vestidor había pasado un grupito de fiesta, tirando confetti, pues, curiosones ellos, se diseminaron por todos los rincones de la estancia para chafardear...

Cuando los lunares vieron los estuches abiertos con las castañuelas sintieron el irresistible impulso de esconderse entre sus conchas de madera... y... una nueva maravilla sucedió...

Vacaciones Agosto 2009 395

Los lunares se convirtieron en perlas y las castañuelas en caracolas... en especiales caracolas de madera olorosas, de sándalo, o de caoba...!!

Y hoy nuestros BD han entrado en mi vestidor, porque estas maravillas sucedieron en mi vestidor, cariño, y cogieron uno de los estuches sin mi permiso...

Les he pillado in fraganti, pero ellos sabían que no me iba a enfadar cuando, al responder a mi pregunta “Eiiii, qué vais a hacer?”, me dijeran... “Vamos a ver tu Gilito para regalarle esta maravilla y de paso desearle “Buenos Días, Javier, Buenos Días!”

Y tenían toda la razón: Cómo iba a enfadarme yo si lo que me sustraían era para el dueño de mi alma y de mi corazón?...

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