Cariño mío,
El Mundo como Mundo, o la Tierra como Tierra, depende de como quieras llamar a nuestro planeta, tiene entidad propia, tiene conciencia de sí mismo. Lo sabías? Claro, ya me lo imaginaba, pues a ti te gusta mucho leer filosofía...
El Mundo conoce todas las lenguas y todas las culturas de todas las etnias que lo habitan, nada tiene secretos para él. Como tiene mucho tiempo para pensar mientras da vueltas alrededor del Sol, a veces desea ser lo que se le parece...
Desde hacía mucho tiempo, el Mundo se sentía fuertemente atraído por la filosofía de los derviches giróvagos, pues también giraban y giraban, aunque éstos lo hacían únicamente alrededor de su propio eje. Deseaba vivir como uno de ellos, como uno de esos millones y millones de seres humanos que soportaba a diario sobre su corteza, pero no sabía como hacerlo...
Siempre le estaba dando vueltas a la misma idea, hasta que se dio cuenta de que para lograr su sueño debía apostar por alguna solución arriesgada e imaginativa, por descabellada que fuera...
Un día, así, a lo loco, decidió convertirse en planisferio, y dicho y hecho! El Mundo quedó reducido a un hermoso mapa con países de colores, ríos, mares, cordilleras...y líneas y caracteres negros que marcaban las fronteras e indicaban los nombres de las islas, de las cumbres y de las ciudades y pueblos...
Una vez plano, se fue plisando plisando hasta dejar el plano como un acordeón... y luego se puso en pie, marcó su cintura apretando el Ecuador, hizo como que extendía sus brazos inexistentes y empezó a girar... Y girando girando, y sin darse cuenta, fue perdiendo la selva Amazónica, todas las secuoyas de Yellowstone, una parte de los Urales y el archipiélago del Japón, amén de la cornisa helada de Alaska y la península Escandinava...
Foto de Analú Prestes : http://www.flickr.com/photos/lalalu/
Nuestros BD, listos como el hambre y flexibles y adaptables a cualquier medio, se habían salido del mapa antes del plisado, y ahora se desplazaban por el espacio en una rudimentaria nave que iba sorteando tormentas de arena, pues, en su loco girar, el Mundo también iba vaciando los desiertos...
Menos mal que todas estas transformaciones del Mundo tampoco afectaban demasiado a España y tú podías seguir con tu rutina de ir cada mañana a trabajar...
Nuestros BD reconocieron que se habían alarmado en demasía y volvieron del espacio interestelar... Ahora están haciendo negocio con las películas que grabaron como si estuvieran en la estación espacial y se enfrentan a los incrédulos que no se acaban de creer toda la historia que te acabo de contar...
Yo no sé si tú te la crees o no, pero te aseguro que me estoy ciñendo a la única verdad verdadera, y que todo este relato es de verdad de la buena...
Si quieres pruebas no tienes más que llamar a los BD y te contarán sus aventuras de cómo se fueron de este Mundo y cómo regresaron... Además, estaban ya impacientes por verte, por mostrarte las películas y por empezar de nuevo con su diario quehacer, el de desearte “Buenos Días, Buenos Días, Javier!”
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