Cariño mío,
Sabes tú que las tortugas marinas vuelven a las playas donde nacieron para hacer su puesta anual de huevos, no?
Pues nuestros BD, que estaban culturizándose acerca de ellas con un National Geographic, decidieron que querían ir a verlas y… adoptaron, con su asombrosa facilidad para el disfraz, la forma de caricolas!!
No te creas que ir como caricolas era un homenaje a mi, nooooooo… lo hicieron, simplemente, porque les facilitaría la navegación y la amistad con las tortugas y una mejor adaptación al medio marino…
Les dejé ir a condición de que accedieran a colocarse un chip que me mantuviera informada en todo momento de sus coordenadas GPS. También les hice prometer que en caso de peligro retornarían inmediatamente…
Bueno… lo que han hecho en honor a ti es emocionante, precioso… cuando regresen les voy a dar de besos y mimos que no veas…
Te cuento resumidamente : Lograron entablar contacto con las tortugas, quienes las invitaron a seguir sus rutas y a conocer sus costumbres, pero no se contentaron únicamente con eso…
Sufrieron tal transformación que cuando las tortugas arribaron a sus playas para desovar ellos también lo hicieron. Los naturalistas observaban filas de caparazones adentrándose en la playa y excavando agujeros donde depositar sus huevos y, a su lado, filas de caricolas nacaradas haciendo exactamente lo mismo…
Lo hermoso fue el día en que los huevecillos eclosionaron… A distancia prudencial de las pequeñas tortuguitas que se dirigían torpemente hacia el mar y de los depredadores que querían comérselas, ingentes cantidades de frases blancas nacaradas iban reptando, como pequeñas serpientes irisadas, hacia donde rompían las olas…
Ahora, las corrientes marinas harán que a todas las playas del mundo llegue esa frase que por todas las aguas se expandía : “Buenos Días, Javier, Buenos Días!”
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