domingo, 22 de agosto de 2010

Redes al viento

Cariño mío,

Hoy las barcas del puerto no han podido salir a pescar. Les faltaba lo más esencial: las redes.

No las ha robado nadie, no, ni se han quemado, ni se han estropeado... la culpa la ha tenido el viento! Yo lo vi todo porque me desperté temprano y salí a la ventana a ver amanecer.

Las redes, grandes extensiones de redes, estaban secándose al sol en el muelle. Algunas tienen la malla muy gruesa y pesaban mucho pero eso no ha sido óbice para que el huracán las levantara y las hiciera volar... Las mas livianas se enredaron entre sí y formaban nubes verdemar, azules y blancas... La verdad es que eran unas nubes un poco raras a causa de las boyas adheridas...y más que nubes parecían copas de árboles frutales vagando por el cielo...

Las redes más pesadas volaban por separado, aunque muy cerca unas de otras...

Como ellas, cuando no estaban tendidas al Sol, estaban habituadas a pescar, sentían esa imperiosa necesidad, pero... qué podían atrapar?

Una buena pesca de estrellas hubiera sido lo ideal, pero a estas horas ya casi no quedaban, pues se habían marchado al otro hemisferio... Y si atrapaban el amanecer?

Y lo hicieron. Atraparon al Sol y a las nubecillas rosadas y violetas que lo acompañaban en su despertar y se sumergieron en el fondo del mar...

Y hoy no ha habido amanecer. Son las 11 de la mañana y todavía es de noche, cariño, y aunque parece que clarea, yo sé que hoy no va a poder ser.

Como tu te despiertas con la luz Sol y hoy no va a salir, te vengo a despertar. Anda, levanta, muchacho, que te has de ir trabajar!! O prefieres haraganear? Jeje, ya lo harías ya...

Venga, va, que te llama el deber... Además, ahora vendrán nuestros BD a decirte, frotándose los ojos todavía, “Buenos Días, Buenos Días, Javier!”

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