miércoles, 8 de septiembre de 2010

Descifrando los mecanismos de reproducción de las flores-libro o libros-flores, que tanto monta, monta tanto...

Desvelando su intimidad

Cariño mío,

No creía que lo descubrieran tan pronto, pero la tonta fui yo al no valorar en su justa medida a nuestros BD!

Creía que necesitarían semanas de estudio para esclarecer el tema de la reproducción de los libros flores o libros flores que habitan en tu jardín pero sus agudas dotes de observación han hecho que lo dilucidaran en un tiempo récord!!

Ayer fue un día de mucha calor, mucha. Las flores jóvenes aguantaron bien pero las que ya tenían algunos días se secaron, y sus pétalos fueron cayendo al el suelo...

Supongo que las flores maduras estaban también desencantadas porque nadie las leía y no les importó desaparecer... Quienquiera que fuera había tenido tiempo de cogerlas y no lo había hecho, así que para qué seguir viviendo, se dirían, mejor el descanso y el vivir la transformación, el proceso de arrugarse, de secarse, de caer, de pudrirse sobre el césped o la tierra... Después sufrirían otro proceso, otra transformación, pero a la inversa, aunque ésto último lo suponían, porque era la primera vez que eran libros sujetos a un tallo, era la primera vez que vivían al aire libre, meciéndose al viento, en vez de estar encerrados en un armario, un pupitre, una biblioteca o una estantería...

Nuestros BD, científicos a tope, colocaron diversas cámaras infrarrojas por el jardín, pues pretendían que no se les escapara ningún detalle de lo que pudiera suceder durante la noche.

Con el visionado de las filmaciones y las observaciones diurnas que efectuaron ellos mismos pudieron observar algo que, si no fuera porque lo pueden demostrar, nadie creería... Bueno, de hecho, ya de por sí todo es surreal, así que yo creo que ellos pasan de que les crean o no. Hay lo que hay y eso nadie lo puede cambiar.

Qué dirías que les pasa a las flores marchitas que van a parar al suelo? A ver, listo, di, qué les puede pasar... Ah, que no quieres pensar en esas tonterías, que pa eso ya estoy yo, no, jeje...??

Pues... las letras impresas en los pétalos se van deslizando hasta quedarse encima de la tierra o del césped o de donde quiera que hayan ido a parar, inmóviles, inanimadas, muertas...

Pero entonces vienen las hormigas, cariño, y empiezan a recogerlas y a llevárselas, como si fueran granos de trigo, a su hormiguero. Ésto acostumbran a hacerlo por la noche, por eso ni tú ni yo hemos podido ver esas interminables filas de hormigas llevando sobre ellas fragmentos de sonetos, por ejemplo, pedacitos minúsculos de puzzles que luego, una vez ordenados, alimentarán nuestro espíritu.

El paso siguiente era observar por dentro un hormiguero... Eso fue fácil y no entrañó ninguna dificultad pues esas observaciones son habituales en los laboratorios y uno de los biólogos que les asesoraban lo preparó todo en un plis plás. Colocaron varios catéteres con cámara infrarroja y entonces ya sí que sí pudieron ver la transformación de las letras...

Otra de las cosas que descubrieron nuestros BD fue que estos hormigueros están formados por hormigas con una extraordinaria capacidad de discriminación entre los alimentos del espíritu y los del cuerpo físico, lo que se traduce en dos áreas completamente separadas.

Los granitos de azúcar, de trigo o de arroz, las miguitas de pan o de chocolate, o de cualquier alimento que las hormigas consideren conveniente, las guardan en un área estanca similar a una de nuestras bodegas...

Las letras, por el contrario, se guardan sobre lechos de celulosa, una celulosa extraída de las plantas y convenientemente masticada por las hormigas para que adquiera una consistencia porosa y esponjosa, similar a la de la tierra.


Brotó del libro

Cuando las letras echan raíces en estos lechos de celulosa, regados de tanto en tanto con gotas de rocío, ya es la hora de plantarlas y de que se conviertan en mayúsculas. Las letras que se quedan igual, que son la mayoría, son aprovechadas como minúsculas, y ésto es estupendo, porque, si vamos a mirar, las minúsculas son las que más hacen falta!

Cuando ya las letras están todas crecidas, se limpian, se pulen, se pintan, se almacenan, se clasifican en compartimentos y entonces ya están dispuestas para que vengan las hadas o las brujas y digan sus hechizos... Las letras se arremolinan en las espirales que acostumbran a formar los conjuros y las fórmulas mágicas y así, entre remolinos y remolinos nacen los libros...

Supongo que te habrás quedado así, un tanto rarillo, al ver que al final la reproducción de las flores-libro o libros-flores tiene que ver con la magia, porque tú eres más cartesiano que yo...

Yo lo prefiero así, Gilito, porque si vas a mirar, cualquier acto creativo es cuestión de éso, de magia, no te parece? Me hubiera entristecido profundamente que nuestros BD hubieran descubierto procesos fácilmente repetibles, al alcance de cualquiera, porque entonces... dónde estaría la gracia?

Tú posees un jardín irrepetible, un don de las hadas, que hadas y buenas han de ser las que plantan poemas aromados bajo tus ventanas...

Esta mañana he dejado que nuestros BD duerman tranquilos porque se han pasado la noche, de nuevo, observando y observando... Esta mañana soy yo la que, ramillete fresco en mano, te trae nuevos títulos para leer y te susurra al oído “Buenos Días, Buenos Días, Javier!”



Mi Tesoro

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