viernes, 24 de septiembre de 2010

Jugando a ser cometas

L'últim bany de la temporada
Foto de Pilonga: http://www.flickr.com/photos/41819921@N05/

Cariño mío,

A veces lo más surrealista deviene real y entonces pasa lo que pasa... Y si no que te lo digan nuestros BD, cuando te vengan a ver, jeje...

Detrás de la casa rural donde pasaron el fin de semana había un gran prado y, en él, varios tendederos. A la dueña de la casa no le gustaba usar la secadora y prefería tender su colada al Sol, como antaño. Era precioso ver como sábanas y manteles ondeaban como banderas colgadas de los alambres. No salían volando gracias a las pinzas de madera de colores con que la buena señora sujetaba las prendas. Era una señora caprichosa y con un gusto muy desarrollado por la estética y combinaba los colores de las telas tendidas con los colores de las pinzas, de modo que contemplar aquel prado era una verdadera gozada visual.

Nuestros BD, cómo no, fueron atraídos por aquel sencillo y poético espectáculo y empezaron a jugar a pillarse entre aquella especie de callejuelas que formaban las telas de colores.

Y entonces al más trasto de ellos se le ocurrió recoger una sábana y hacer ademán de ponérsela como una capa, extendiendo los brazos y levantándolos hacia el cielo... Y al grito de “vamos a jugar a ser cometas!!” animó a los demás a que le imitaran...

En un santiamén los tendederos quedaron casi vacíos y por el prado se sucedieron las carreras alocadas y el ir y venir de un extremo a otro, sorteándose a sí mismos y a los pocos árboles que había, siempre con las sábanas en alto, como llamas de tela queriendo subir al cielo...

Y entonces sucedió. Las sábanas se pegaron a sus dedos y a sus brazos y a su torso... y nuestros BD mudaron la expresión alegre de sus rostro por otra de estupefacción, de asombro, de asco incluso... Las sábanas habían devenido membranas, Gilito, y ahora ellos ya no eran ellos, sino cometas, o ardillas voladoras, o... murciélagos, unos murciélagos feos y horribles que asustaban a los demás!!!

Yo andaba por allí haciendo fotografías y tardé un rato en darme cuenta que lo que volaba a media altura sobre la vertical de la casa y del jardín eran nuestros BD!! Primero estaban como flotando, ya que la membrana que les había salido les permitía planear, pero luego, cuando el viento arremetió con violencia, se vieron arrastrados en la dirección que soplaba, incapaces de luchar contra su fuerza...

Fueron a parar a las montañas que se veían en el horizonte, pobrecitos... Los que se habían convertido en cometas se estrellaron contra las copas de los árboles, llenándose de cardenales y magulladuras y los que por un tiempo fueron ardillas voladoras lo tuvieron mejor, pues fueron bajando por las ramas con la agilidad propia de estos animalitos hasta llegar al suelo del bosque... Quienes lo pasaron peor fueron los murciélagos ocasionales, pues el instinto que les había nacido de repente los llevó a guarecerse en cuevas llenas de murciélagos de nacimiento... Eso de verse colgados del techo, apiñados, eso de ver su feo rostro en los charcos, eso de sentirse ratas voladoras los deprimió de tal modo, luego me contaron, que creyeron que se iban a quedar así de por vida y no tenían deseos de ser vistos por nadie, con lo cual se hubieran quedado de aquella manera para siempre...

Los BD ardillas, los que menos habían sufrido con la transformación, volvieron pronto a casa. Allí pudieron explicarme lo que pasaba, pues no habían perdido sus facultades humanas, y yo se lo comenté a la dueña de la casa, muy enfadada por la pérdida de todo su ajuar...

Menos mal que yo soy Libra y conciliadora por naturaleza y logré que la buena señora aceptara el pago del desaguisado y fuera sosegándose poco a poco... Llegó incluso a invitarme a tomar té con pastas y allí, comentando yo lo raro de lo sucedido, me confesó que... que ella era la autora y responsable de lo acaecido. Era una bruja, sí cariño, una bruja camuflada de administradora de casa rural, y había querido castigar a nuestros BD por el perjuicio que le habían causado al no respetar sus propiedades, su orden, sus pinzas de colores...

Con los ánimos ya calmados, logré que comprendiera la especial naturaleza de nuestros BD y accedió a devolverles a su naturaleza original.

Los BD ardillas ya estaban con nosotras, así que sólo había que hacer volver a las cometas trastabilladas y a los murciélagos, cosa que la bruja resolvió con unos ágiles movimientos de sus manos en el aire. Allí reunidos recibieron una charlita que pa que te cuento, niño, pero aguantaron con gusto el chaparrón verbal porque sabían que después del mismo lograrían volver a ser como eran...

Y así los verás tú cariño, como siempre... Si yo no te hubiera contado su aventura lo más seguro es que ellos, movidos por la vergüenza, no lo iban a hacer... Si les preguntas, sin embargo, no creo que tengan inconveniente en responder... Pero primero deja que te saluden con su alegre y cariñoso “Buenos Días, Buenos Días, Javier!”

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